Pinturas malditas

Hola pequeñas criaturas, esta noche traigo un tema muy interesante que son las pinturas malditas; El caso mas famoso de pinturas malditas es el de los "niños llorones" de Bruno Amadio, de cual se cuenta la leyenda que quien posea sus pinturas sufrirá desgracias, esto por la maldición de los niños que retratados en sus pinturas, que se rumorea que son niños de un orfanato que al incendiarse murieron...

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Sin embargo no quiero hablar exactamente de estas pinturas, si no que de mi experiencia con pinturas que podrían caer en esta categoría.

Cuando era niña mis padres le rentaban una casa a un chico "hippie" que se dedicaba a hacer pinturas y tocar música, a mi me caía bien, era agradable y componía canciones para los niños del pueblo; sin embargo sus pinturas eran algo diferentes a como se comportaba, eran algo macabras, aunque actualmente me gusta el arte macabro sus pinturas me siguen dando miedo en mi memoria.

Después de una larga temporada viviendo en el pueblo el chico decidió irse, dejando atrás sus pinturas, una de ellas la que me causo pesadillas fue la de un toro rojo, parecido al de la película el ultimo unicornio, esta temible pintura combinada con la película me hacían soñarlo tratando de tirar la casa desde el patio trasero, por lo que le conté a mi padre y el decidió solucionar el problema haciendo otra pintura encima de la pintura.

Años después cuando tenia unos siete años encontramos otra de las pinturas del chico mucho mas macaba, en el cuadro se encontraba pintado un niño de pelo castaño corto con flequillo, medio blanquito con un suéter color azul, sus ojos eran color café oscuro pero sin la parte blanca, eran totalmente cafés oscuros.

El niño estaba del lado izquierdo de la pintura y sostenía en la mano derecha una bola de cristal negra, al lado de el se encontraba un estante de madera que tenia mas bolas de cristal negras y blancas, pero en su hombro izquierdo se encontraban tres cabezas de caballo deformes y pegadas en un mismo cuello, ademas el fondo del cuadro era totalmente negro, pero si te quedaban viendo fijamente se podían ver mas cabezas de caballo deformes escondidas entre las sombras.

Le comente a mi padre de que me daba mucho miedo esa imagen, por lo que pidió opinión de unas personas que venían a la casa predicando, por lo que la decisión fue quemar el cuadro pues se sentía una vibra muy pesada que salia del cuadro.

Muchos años después en el 2011 encontré otra de sus obras del chico, menos mórbidas, pero que seguía teniendo ese toque macabro, por lo que la use para hacer una ambientación para una fotografía.